Soluciones Administrativas para la Extensión de la Cobertura
Más de un año después del inicio de la pandemia de COVID-19, la puesta en marcha de medidas para colmar las brechas en la cobertura de la seguridad social tanto nuevas como existentes, debidas a importantes perturbaciones en el mercado de trabajo, sigue ocupando un lugar central en las políticas de los gobiernos para minimizar los efectos negativos de la crisis y proteger los medios de vida de las personas.
El cierre de los centros de cuidado infantil y las escuelas a causa de las medidas de confinamiento adoptadas a raíz de la pandemia de COVID-19 ha supuesto una carga importante para las familias, tanto para los niños como para sus progenitores, y especialmente para las madres. La pandemia ha vuelto a poner de manifiesto que las mujeres se ocupan mayoritariamente del cuidado de los niños y de las tareas domésticas, lo que plantea de nuevo las importantes cuestiones de la igualdad de género, los derechos de las mujeres a la seguridad social y su seguridad financiera y bienestar general (Doucet, Mathieu y McKay, 2020, p. 277).
Italia fue uno de los países más afectados por la COVID-19 durante el primer semestre de 2020. Además del confinamiento general que se impuso a partir del 10 de marzo, se adoptaron medidas de seguridad social de amplio alcance para atenuar las consecuencias sanitarias, sociales y económicas de la crisis del coronavirus. En marzo y abril se adoptaron dos decretos iniciales (“Decreto Cura Italia” y "Decreto Liquidez") que contenían medidas de emergencia, y, en mayo, entró en vigor un decreto ("Decreto de Relanzamiento") para apoyar la recuperación económica.
En todo el mundo, cerca de 2,4 millones de personas fallecen a causa de enfermedades profesionales, frente a las 380.000 personas que fallecen por accidentes de trabajo. Los seguros que cubren las enfermedades profesionales son un pilar importante de la seguridad social y una red de seguridad para todos los trabajadores que puedan estar expuestos a agentes químicos, físicos o biológicos durante el desempeño de las actividades laborales o padecer enfermedades dermatológicas, trastornos musculo esqueléticos, trastornos por estrés postraumático o cáncer profesional.