La valuación de un régimen de seguridad social incluye el análisis de las incertidumbres futuras y de sus repercusiones en el régimen. El actuario detecta y, de ser posible, cuantifica los riesgos resultantes de las incertidumbres futuras.
La incertidumbre es intrínseca a la valuación debido a que incorpora eventos futuros. Los usuarios de una valuación actuarial deben ser conscientes de ello. El análisis actuarial de los regímenes de seguridad social se basa en los modelos y en cierto número de hipótesis. Los regímenes de seguridad social son muy complejos y sus ingresos y gastos futuros dependen de muchos factores económicos y demográficos, por lo cual los modelos no representarán perfectamente la realidad futura. Además, la proyección de los flujos de caja de los regímenes de seguridad social se realiza sobre un periodo futuro largo. Con el paso del tiempo, la realidad casi seguramente diferirá de las proyecciones de cualquier valuación actuarial.
La institución de seguridad social, como parte de su proceso de gestión de riesgos, deberá determinar las incertidumbres futuras y evaluar los riesgos que representan para el régimen de seguridad social. Esta Directriz deberá consultarse junto con la Parte E de las presentes Directrices.