La institución de seguridad social establece una función de gestión del riesgo que supervisa la gestión del riesgo e informa al consejo de administración (de existir) o a la dirección. Esta función y los procesos que ejecuta y supervisa, exige aportes actuariales. La función de gestión del riesgo se coordina con otras funciones para garantizar la efectiva gestión del riesgo.
Debido a su comprensión de las cuestiones relacionadas con los riesgos, los actuarios deberán participar en la gestión del riesgo dentro de una función de gestión del riesgo o intervenir en el proceso de gestión del riesgo. Ello puede incluir una contribución a un plan de gestión del riesgo, el establecimiento de un presupuesto de riesgo adaptado o la definición de la apetencia de riesgos de la institución de seguridad social.
La cuestión del riesgo es cada vez más importante para las instituciones de seguridad social debido a la complejidad de las disposiciones y de la financiación de las prestaciones, los riesgos inherentes al proceso de inversión, el uso de tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) y el riesgo para la reputación vinculado con el examen cada vez más minucioso de las actividades de las instituciones de seguridad social y sus motivos. Por otro lado, es necesario comprender los potenciales cambios en el entorno para que hoy pueda emprenderse un análisis apropiado a fin de anticipar la evolución de los riesgos en el futuro. Muchas instituciones han respondido a esta realidad con la creación de funciones o divisiones específicas de gestión del riesgo que facilitan la contribución de especialistas en riesgos, como los actuarios, dentro de esta área.
La gestión del riesgo permite a la institución de seguridad social aumentar la probabilidad de alcanzar sus objetivos. Sin embargo, la gestión del riesgo no es un simple ejercicio pasivo en el que la institución responde a los riesgos a los que se enfrenta, sino que exige el establecimiento de un ciclo de gestión de proyectos para definir la apetencia de riesgos y el presupuesto de riesgos de la institución, evaluar los riesgos a los que se enfrenta la institución en el presente y en el futuro y tomar la decisión más apropiada para el tratamiento del riesgo.
Una estructura de gobernanza efectiva es un elemento importante de la gestión del riesgo. Debe permitir la recopilación de información suficiente y su gestión y el establecimiento de estructuras y mecanismos apropiados para abordarlos.
La intervención actuarial en la gestión del riesgo engloba varios aspectos de la práctica de la institución de seguridad social. Otras directrices de este documento hacen referencia a las cuestiones relacionadas con el riesgo en distintas áreas, tales como la inversión, la financiación y el diseño de prestaciones. Estas consideraciones específicas alimentarán las consideraciones generales y del proceso de gestión del riesgo descrito en esta parte.
La seguridad social intenta responder a los riesgos del ciclo de vida de la población que cubre. Estos riesgos comprenden el deceso, la invalidez, la enfermedad, el desempleo, la jubilación, los cambios en la estructura familiar y los cambios en el costo de la atención de salud. Bien que el diseño y el suministro de prestaciones pretenden responder de modo adecuado a estos riesgos de la población, al asumir estas responsabilidades, la institución en sí se vuelve responsable de la gestión de ciertos riesgos. La evaluación y el tratamiento de los riesgos permiten que se comprendan y evalúen los riesgos que asume la institución y que se consideren debidamente la transferencia y el compartimiento de los riesgos y la reducción del riesgo conservado. La efectiva gestión del riesgo procura repartir de modo apropiado la transferencia, la reducción y la retención de riesgos.