Las presentes directrices abordan la cuestión de la aceptación y el cumplimiento por parte de los beneficiarios y de quienes abonan cotizaciones e impuestos.
Las directrices pretenden cubrir todos los riesgos complejos de EEF sobre la base de un enfoque y un modelo de gestión de riesgos.
Este modelo se basa en una “estructura” ” formada por un conjunto de recomendaciones (o definiciones) y “mecanismos” que permiten su aplicación.
Los riesgos se priorizan de acuerdo con su relevancia para la sostenibilidad de las instituciones de seguridad social. Los riesgos no se limitan a consideraciones financieras, sino que abarcan otros factores que inciden en la credibilidad de la institución y la confianza del público en el sistema de seguridad social.
Este enfoque considera los derechos y las obligaciones relacionados con la movilidad:
- dentro de un país (resultante, por ejemplo, de un cambio en la situación laboral);
- entre países, para los trabajadores o beneficiarios en el extranjero.
Este enfoque también anticipa la aparición de nuevos riesgos. Se considera que los avances de las TIC aportan nuevas herramientas para detectar y prevenir EEF (gracias a la extracción de datos, la correlación de datos, la identificación de los beneficiarios y las tecnologías de autenticación), al tiempo que crean nuevas fuentes de riesgo (la posibilidad de modificar datos a gran escala, de desviar transacciones financieras automatizadas, de robar identidades electrónicas, etc.).
El modelo está construido a partir de las definiciones siguientes de error, evasión y fraude.
- Error
Se trata de una equivocación involuntaria en la aplicación de las reglas establecidas y en el cálculo de las prestaciones y cotizaciones. Los errores pueden resultar de una mala transmisión o un desperfecto en el procesamiento de la información, de fallas en los procesos administrativos o de la falta de reclamación legítima de las prestaciones debidas.
En efecto, la complejidad de las reglas puede resultar en su inaplicación debido a dificultades de comprensión y a la falta de una comunicación adecuada.
El error se diferencia de la evasión y el fraude por su falta de intención. Quien comete un error lo ignora, ya sea quien recibe, transmite o no transmite la información.
- Evasión
Se trata de acciones que aumentan la cuantía de las prestaciones o reducen el monto de las cotizaciones al sacar provecho de las disposiciones jurídicas vigentes o de las deficiencias en los sistemas de control del fraude.
En el área de las prestaciones de salud o del suministro de servicios, la evasión también abarca el abuso en la ejecución de los procedimientos.
La evasión se diferencia del fraude sólo por la ilegalidad y la intencionalidad de las acciones, excepto cuando resulta de un problema de definición de las reglas que favorece a los beneficiarios y a los contribuyentes.
La evasión se convierte en fraude cuando las maniobras de elusión legales realizadas por un individuo se tornan ilegales. Este desafío es crucial para las instituciones de seguridad social contemporáneas enfrentadas al aumento mundial de la circulación de trabajadores y al alza de los movimientos de capital, mientras que la seguridad social se basa exclusivamente en la solidaridad territorial. La evasión se imputa en su mayor parte a las empresas.
- Fraude
El fraude consiste en actos intencionales y contrarios a las reglas cometidos por un beneficiario, un contribuyente o un proveedor de servicios a fin de obtener, para sí o para terceros, prestaciones de seguridad social que no le corresponden.
El fraude incluye las falsas declaraciones cuya intencionalidad e ilegalidad es comprobable.
Un acto de evasión puede ser calificado de fraude si se comprueba su naturaleza intencional e ilegal.
Para contrarrestar y reducir dichas acciones y prácticas, el enfoque global de gestión de riesgos incluye un conjunto de aspectos e incentivos jurídicos, económicos, sociales y psicológicos.
- Aspecto jurídico: en general, para reducir los riesgos de EEF, el marco jurídico de una institución de seguridad social debe ser riguroso y mantenerse al día, en particular en los aspectos relacionados con las facultades legales para luchar contra los errores, la evasión y el fraude.
- Aspecto económico: los casos de EEF deben evaluarse continuamente utilizando los métodos más rigurosos, a pesar de la dificultad para estimar comportamientos ocultos o encubiertos. Del mismo modo, se deben evaluar los resultados de las políticas de control de los errores, la evasión y el fraude.
- Aspecto social y psicológico: el alcance de las inversiones y los gastos sociales, combinado con la percepción del público de un alto nivel de EEF pueden reducir la aceptación y el cumplimiento. Por este motivo, se debe informar al público sobre la estrategia de gestión del riesgo y sus resultados. Como medio para reducir los errores, la evasión y el fraude, se podrían elaborar principios de observación de los comportamientos, por ejemplo la simplificación de los procesos relacionados con el cumplimiento.