COVID-19

Medidas de seguridad social en Francia

COVID-19

Medidas de seguridad social en Francia

Las medidas de seguridad social han desempeñado un papel fundamental en la atenuación de las repercusiones sanitarias, sociales y económicas de la COVID-19 en Francia. Cuando se declaró la emergencia sanitaria el 16 de marzo, se puso en marcha un conjunto amplio de medidas de seguridad social.

Para ejecutar rápidamente esas medidas, las instituciones de seguridad social de Francia tuvieron que actuar de manera reactiva, adaptable y flexible. El resultado puso de manifiesto la gran dedicación de las instituciones para proteger a la población y la colaboración que puede establecerse entre las distintas ramas de la seguridad social para adoptar medidas de emergencia.

Medidas de seguridad social

  • Seguro de enfermedad: La cobertura de las prestaciones se extendió automáticamente a los grupos  vulnerables, en particular las personas con enfermedades crónicas y aquellas que reciben atención médica pública, y se concedió el reembolso del costo de las consultas de telemedicina con profesionales médicos. Los sistemas de seguro de enfermedad también aportaron una contribución financiera importante en la adquisición de equipo médico y de equipos de protección hospitalaria. El personal médico recibió una remuneración especial por las horas extraordinarias trabajadas y por la exposición al riesgo durante la respuesta de emergencia.
  • Accidentes de trabajo y enfermedades profesionales: La COVID-19 se reconoció como enfermedad profesional para el personal médico, lo que significó un aumento de los niveles de protección, en particular, se concedieron ingresos de sustitución y el reembolso de los gastos médicos.
  • Promoción del empleo: Se adoptaron medidas especiales para compensar el desempleo parcial y proporcionar una cobertura de emergencia por desempleo técnico. A mediados de mayo, 12 millones de empleados, es decir, dos tercios de los trabajadores asalariados o un tercio de la población activa nacional, se beneficiaron de estos programas y recibieron hasta un 84 por ciento del salario neto, dentro del límite de 4,5 veces el techo de seguridad social. Además de estas medidas se simplificaron los requisitos exigidos a los empleadores, se extendió la cobertura y se estableció una regulación especial que concedió a determinados grupos unos ingresos de sustitución de hasta el 100 por ciento.
  • Recaudación de cotizaciones: Se aplazó el pago de las cotizaciones y se exoneró de este pago a las empresas más pequeñas y vulnerables. Estas medidas, que beneficiaron a 830 000 empresas y 460 000 trabajadores por cuenta propia, complementaron las adoptadas en el ámbito del desempleo parcial a fin de reducir aún más los costos de las empresas.
  • Prestaciones familiares y otras prestaciones sociales: Se concedieron licencias parentales excepcionales por el cuidado de los hijos durante el período de cierre de las escuelas, se suspendieron los procesos de recupero por sobrepago de prestaciones durante la crisis y se adelantó el pago de algunas prestaciones.
  • Cobertura y flexibilidad: Se tomaron  medidas adaptadas a determinados grupos, como la eliminación del período de espera de tres meses que normalmente se impone a los ciudadanos franceses repatriados para acceder a la cobertura de seguridad social.

Medidas operativas

Para aplicar medidas de emergencia, responder al importante aumento de la demanda, garantizar la igualdad y la continuidad del acceso a los servicios de todos los beneficiarios y, al mismo tiempo, preservar la seguridad del personal, las instituciones de seguridad social tuvieron que adaptarse y aplicar una serie de enfoques especiales.

  • Continuidad de los servicios al ciudadano y adaptación de estos a las necesidades de los beneficiarios: Se establecieron horarios flexibles y canales de comunicación digitales, y se recurrió en gran medida a los centros de atención telefónica para comunicarse con los ciudadanos que carecen de herramientas digitales.
    La Caja Nacional de Asignaciones Familiares (Caisse nationale des allocations familiales – CNAF) reforzó los portales existentes, la Caja Nacional del Seguro de Enfermedad (Caisse nationale de l'assurance maladie – CNAM) amplió su servicio de consulta automatizada y la Caja Nacional del Seguro de Vejez (Caisse nationale d'assurance vieillesse – CNAV) puso en marcha programas de videoconferencias diarias dirigidas a las personas mayores y campañas telefónicas para llegar a los jubilados vulnerables.
    El organismo de recaudación de cotizaciones implantó herramientas de preguntas frecuentes y aplicaciones de servicios de consulta automatizada para proporcionar a los trabajadores por cuenta propia información sobre la recaudación de cotizaciones y las prestaciones sociales.
  • Adaptación de los procedimientos y los controles: Se dio prioridad al pago de prestaciones por encima de la aplicación estricta de los requisitos administrativos. Los procedimientos de control relativos al retraso en el pago de las cotizaciones y al sobrepago de prestaciones se relajaron considerablemente y se eximió a los grupos de población vulnerables de someterse a los procedimientos de renovación para la extensión de determinadas prestaciones. La CNAM simplificó varios procesos para facilitar el acceso a las licencias de enfermedad y de cuidado de los hijos. La CNAF capacitó al personal de los centros de atención telefónica para realizar determinadas operaciones en nombre de los beneficiarios.
  • Modificación de los métodos de trabajo: Se estableció el teletrabajo de manera generalizada para el personal. Esto hizo necesario garantizar el acceso remoto a las herramientas institucionales y reforzar las medidas de seguridad informática. La mayor parte del personal de atención telefónica de la CNAF y la CNAM también trabajó a distancia.
  • Comunicación: Se adoptaron medidas especiales de comunicación, en particular, se recurrió a la radio, a los portales web y a secciones de preguntas frecuentes incluidas en diversos medios para informar al público sobre la pandemia y las medidas de emergencia, y para llegar a los grupos de población vulnerables.
  • Coordinación interinstitucional: Se reforzó la colaboración y la coordinación entre las instituciones para aplicar medidas excepcionales y establecer nuevas prestaciones. La CNAF y la Caja Central de la Mutualidad Social Agrícola (Caisse Centrale de la Mutualité Sociale Agricole – CCMSA) concedieron una prestación monetaria temporal a cuatro millones de familias vulnerables. Con una actuación que superó lo establecido en sus mandatos, ambas instituciones demostraron la importancia de las instituciones de seguridad social para prestar servicios en situaciones de emergencia. En los próximos meses, la CNAM desempeñará un papel fundamental en el control de una posible segunda oleada de COVID-19 al coordinar la detección de nuevos casos y la identificación de las personas en contacto con los contagiados. Esta respuesta conlleva una importante labor logística y la gestión de información personal altamente sensible.
  • Iniciativas solidarias: Las instituciones de seguridad social y su personal pusieron de manifiesto el valor y la importancia de la solidaridad durante las crisis. Por ejemplo, algunos organismos locales concedieron días de permiso al personal sanitario que trabajaba en primera línea y contribuyeron a iniciativas comunitarias, como la entrega de canastas de productos alimentarios a las personas vulnerables y la donación de guantes y mascarillas a los proveedores de cuidados.

Conclusión

La experiencia de Francia demuestra, una vez más, el valor de la seguridad social como elemento amortiguador durante las crisis. La capacidad, la flexibilidad y la dedicación de las instituciones de seguridad social francesas permitieron que las medidas del gobierno surtieran los efectos deseados en beneficio de las personas, la sociedad y la economía. Asimismo, la inversión en servicios digitales resultó ser un ámbito de importancia estratégica.

Las medidas de seguridad social para afrontar la crisis de la COVID-19 supusieron un costo considerable, a saber, más de 26 000 millones de euros por las prestaciones de desempleo parcial y 41 000 millones de euros por otras medidas sociales. Estas medidas han provocado un déficit de cerca de 52 000 millones de euros en relación con la previsión financiera general realizada a principios de este año.

Ahora que Francia ha iniciado el proceso de eliminar progresivamente las restricciones impuestas por la COVID-19, la estrategia basada en la protección, la realización de pruebas y el aislamiento seguirá dependiendo de la participación activa de las instituciones de seguridad social. Al mismo tiempo, las instituciones de seguridad social están adaptando gradualmente sus modelos de servicios de atención al ciudadano y de recursos humanos en un contexto de incertidumbre. No cabe duda de que algunas de las medidas adoptadas durante la crisis tendrán repercusiones a largo plazo en la prestación de servicios y en los procesos operativos.