Europa es conocida por sus sistemas de seguridad social integrales. Una de las conclusiones del nuevo informe de la AISS, Diez Desafíos Mundiales para la Seguridad Social: Europa, es que, pese a los numerosos desafíos compartidos, la seguridad social europea continúa marcando el ritmo de los valores del universalismo, la solidaridad, la redistribución y la equidad.
En 2016, la Asociación Internacional de la Seguridad Social (AISS), publicó el informe innovador Diez Desafíos Mundiales para la Seguridad Social que ha sido decisivo para ampliar la perspectiva estratégica de muchas instituciones de seguridad social y las ha motivado a desarrollar soluciones más novedosas para los desafíos a los que se enfrentan.
La AISS ha publicado un informe de seguimiento centrado en la región de Europa, Diez Desafíos Mundiales para la Seguridad Social: Europa, que reúne información suministrada por las instituciones miembros de la AISS de la región. El informe, que abarca los países de Europa occidental, meridional y central y de Eurasia (con inclusión de los países de la antigua Unión Soviética de Asia central y Europa del Este, excepto los Estados bálticos), hace un balance de las soluciones administrativas y normativas innovadoras. Estas soluciones, además de permitir que los sistemas de seguridad social de la región avancen de manera sostenible, forman parte de la contribución de la región al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.
Un contexto de incertidumbre y cambios
Europa está atravesando diversas y complejas transiciones en el mercado laboral y en los ámbitos tecnológico, demográfico y epidemiológico. Las transiciones plantean desafíos para el diseño, la financiación y la definición de las prioridades de los sistemas de seguridad social en materia de políticas.
En una reciente encuesta de la AISS, se solicitó a las instituciones de seguridad social de Europa que clasificaran por orden de importancia una lista de diez desafíos mundiales a los que se enfrentan. La encuesta reveló que los mercados laborales y la economía digital son los más importantes, seguidos por el envejecimiento de la población, la transición tecnológica y los cuidados de salud y de larga duración.
La naturaleza de los cuatro desafíos considerados de mayor importancia, revela que todos los sistemas de seguridad social operan en un contexto de incertidumbre sin precedentes. En algunos casos ha sido necesario reajustar los objetivos centrales de los programas de seguridad social.
Problemas de funcionamiento y diseño
Para hacer frente al desafío planteado por los mercados laborales y la economía digital, se ha observado un cambio en los objetivos de los programas de seguridad social que ha resultado en mayores inversiones en capital humano. El objetivo principal es respaldar la inclusión activa en el mercado laboral, así como también garantizar que la fuerza laboral cuente con conocimientos digitales y sea capaz de satisfacer la demanda de los empleadores y las necesidades de los mercados laborales europeos en plena transformación. Un desafío de doble filo es la creciente escasez de mano de obra en algunos sectores, mientras que los altos niveles de desempleo limitan las oportunidades profesionales de muchos trabajadores europeos.
La generalización cada vez mayor de la economía digital en las sociedades europeas plantea una paradoja para los programas de seguridad social de la región. Se han expresado ciertas inquietudes acerca de la naturaleza y la calidad del trabajo en el futuro y, por ende, acerca de la posible disminución de la cobertura de los trabajadores y de la densidad contributiva. Ahora bien, las opiniones sobre la posible creación de empleo y sobre la progresión de las tecnologías digitales y la automatización y sus efectos sectoriales en los empleos se han vuelto más equilibradas. Está claro que las cifras absolutas de las posibles pérdidas de empleo son discutibles. De manera general, se percibe que el mundo del trabajo se halla frente a un lento proceso evolutivo y no a una revolución catastrófica. Además, la importancia de la dimensión humana, la discreción y la empatía, así como la capacidad técnica de manos expertas no disminuirán, al menos para ciertas formas de trabajo.
El envejecimiento de la población europea es una tendencia generalizada cuyas consecuencias podrán ser múltiples y de gran alcance para las sociedades, los mercados laborales y las estructuras sociales europeas. Se está priorizando la necesidad de proteger y empoderar a todas las personas, jóvenes y mayores, de manera fluida durante el ciclo de vida.
Las opciones de políticas relativas a la distribución del ingreso nacional en la sociedad tienen efectos profundos y duraderos. No existe un modelo único en la región en cuanto al papel distributivo de los programas de seguridad social. Si bien algunos sistemas se inclinan más a favor de las generaciones mayores, en especial de las personas mayores y frágiles, otros promueven la inversión en el capital humano de las nuevas generaciones, de los niños de corta edad, de los niños y de los jóvenes trabajadores.
El desarrollo de nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) (el desafío de la transición tecnológica), favoreció el rediseño de muchos programas sociales en busca de respuestas innovadoras. Las instituciones de seguridad social han adoptado las TIC para mejorar la eficiencia de sus operaciones y cubrir más eficazmente las necesidades de sus afiliados. Las TIC también amplían el espectro operativo de las posibilidades. Sin embargo, si bien las TIC constituyen un catalizador estratégico para los servicios de seguridad social, ellas traen consigo nuevos desafíos en lo relativo a la recopilación, la conservación y la protección de los datos personales.
Afortunadamente, la recopilación de datos personales y las posibilidades de extracción de datos que ofrecen las TIC pueden traducirse en servicios públicos interconectados e integrales adaptados a cada persona. Las nuevas tecnologías pueden facilitar la extensión de la cobertura y permitir que las personas hagan valer sus derechos vigentes de seguridad social. El acceso en tiempo real a una gran cantidad de datos personales pone de relieve la importancia de que la reglamentación siga el ritmo de los cambios tecnológicos para garantizar la protección de la privacidad y evitar el uso indebido de los datos.
Parte del desafío relacionado con la prestación de asistencia médica y cuidados de larga duración es que los costos de los sistemas de salud están aumentando. Un motivo de ello es el aumento de la tasa de dependencia de las personas mayores, que incluye una población creciente de personas frágiles mayores de 80 años. Otros factores son la creciente incidencia de las enfermedades crónicas no transmisibles y el aumento de los costos de los nuevos medicamentos y de la tecnología médica de vanguardia. Los objetivos de garantizar un acceso equitativo y asequible a una protección de la salud adecuada para todos, así como de invertir en personal de salud calificado y en servicios de salud accesibles, siguen siendo prioritarios. Los servicios de salud electrónica, cada vez más utilizados, son una de las soluciones facilitadas por las TIC. Se espera que el seguimiento de pacientes a distancia desempeñe un papel central en la adopción de políticas de mantenimiento de las personas mayores en su domicilio. Se reconoce que estas políticas constituyen un factor importante para reducir la presión sobre el sistema de salud y retrasar en la medida de lo razonable el ingreso en un centro de cuidados de larga duración.
Es notable que en su calidad de desafío para las políticas de salud, la esperanza de vida en buena salud no haya seguido el mismo ritmo que el aumento de la esperanza de vida media. Si bien muchos indicadores de salud han mejorado, se puede inferir que los determinantes sociales de la desigualdad en los resultados de salud continúan siendo importantes.
El aumento y ampliación de las desigualdades en Europa, desafío que ocupa el quinto lugar, corresponde a una preocupación más general que también está impulsando cambios en el diseño de los programas de seguridad social. Las prestaciones de seguridad social para la vejez sin distinción de género, ayudan a abordar las desigualdades de ingresos entre hombres y mujeres que a menudo se experimentan durante la vida profesional, lo cual no ocurre en los mercados privados de pensiones. Los indicadores de salud revelan que el aumento de las desigualdades se observa en diferentes sectores. No obstante, una preocupación esencial continua es la desigualdad de los ingresos. Se vienen planteando preguntas sobre la capacidad actual de los sistemas de seguridad social de Europa y sus sistemas de imposición progresivos de cumplir con su típica función de redistribución de los ingresos y de mitigar los riesgos y promover la rehabilitación y la inclusión. Es preocupante que las crecientes desigualdades sean más pronunciadas entre las personas más vulnerables de la sociedad.
Expectativas crecientes
Una observación general sobre la clasificación de los desafíos en Europa es la distinción entre los desafíos contextuales que plantean riesgos de funcionamiento fundamentales (cambios económicos, tecnológicos, demográficos y epidemiológicos) y los desafíos más vinculados con las expectativas acerca de una mayor adecuación de la cobertura.
Sabemos que las nuevas tecnologías de la comunicación no sólo aportan nuevos medios de comunicación, sino también nuevos mecanismos que permiten la participación y la inclusión política. Frente a la creciente utilización de las redes sociales para comunicar e informar sobre asuntos de interés general, las administraciones de la seguridad social son conscientes de que también deben reaccionar con rapidez para satisfacer las expectativas del público.
Para satisfacer mejor las expectativas del público (el sexto desafío), las administraciones de la seguridad social están buscando nuevas vías para mejorar la calidad de los servicios, posicionando al usuario como punto focal de todos los servicios. Algunos países europeos están utilizando estrategias de innovación social para solicitar la opinión de los beneficiarios e incluso para diseñar servicios personalizados adaptados a las necesidades comunicadas por el beneficiario.
Colmar las brechas en la cobertura de la seguridad social es un gran desafío mundial. Clasificado en séptimo lugar en Europa, la naturaleza del desafío en materia de cobertura está más matizada. Se suele definir en términos de cobertura efectiva parcial, así como también de la adecuación relativa de la cobertura. De modo general, en la Unión Europea, casi el 50 por ciento de los trabajadores atípicos e independientes carecen de un acceso adecuado a la seguridad social y a los servicios públicos de empleo. Los mercados laborales son cada vez más fragmentados y precarios y una proporción creciente de trabajadores ejercen parte de su actividad económica en plataformas digitales de trabajo. Es importante señalar que la pérdida de cobertura resultante se traduce en cotizaciones e ingresos fiscales perdidos y crea una mayor demanda futura de protección social financiada con los impuestos. El reto de proporcionar y mantener una cobertura adecuada ha cobrado una mayor importancia en la agenda.
Entre los trabajadores vulnerables, los jóvenes trabajadores (de entre 15 y 25 años) que pasan de la educación a tiempo completo al trabajo a tiempo completo hacen frente a desafíos específicos. Los trabajadores jóvenes, clasificados como octavo desafío en el informe, tienen más dificultades para acceder al empleo estable formal que otros grupos etarios y los jóvenes tienen más probabilidades de ser empleados en la economía informal que los trabajadores mayores. Más de un tercio de los trabajadores jóvenes de la región están ocupados en la economía informal.
Para los trabajadores jóvenes, como para los demás trabajadores, la transición digital supone un obstáculo adicional a ser superado. Para respaldar la demanda de los empleadores de conocimientos digitales y satisfacer las necesidades de formación continua exigidas por la economía basada en el conocimiento, las inversiones en formación de capital humano por parte del gobierno, las administraciones de seguridad social, los servicios públicos de empleo, los interlocutores sociales y los servicios de educación y formación, constituyen un camino hacia adelante.
Al igual que el desafío anterior, el noveno desafío (la protección de los trabajadores migrantes) concierne la manera de satisfacer mejor las necesidades de protección social de una parte específica de la mano de obra. Con demasiada frecuencia, las discusiones sobre las migraciones se centran en las cuestiones relacionadas con las corrientes migratorias irregulares e ilegales. El informe subraya que se debe estar atento a no pasar por alto los derechos a la seguridad social de los trabajadores migrantes, cuyos fundamentos legales se remontan a un acuerdo bilateral firmado entre Francia e Italia en 1904. La experiencia multilateral de la UE y los acuerdos bilaterales que han firmado muchos países de Europa occidental, ofrecen ejemplos de buenas prácticas para ayudar a otros países de Europa a proteger mejor al creciente número de trabajadores migrantes legales.
Las migraciones internacionales muestran que en una economía cada vez más globalizada, las economías nacionales están cada vez más interconectadas y dependen una de otra en muchos sentidos. Esta realidad refleja la importancia del décimo desafío: nuevos riesgos, crisis y acontecimientos extremos.
Como en otras regiones, Europa está expuesta a crisis ambientales, sociales, de salud, políticas y económicas. Sin embargo, se observa un aumento de la frecuencia y la gravedad de las crisis y están surgiendo nuevos riesgos y conmociones de procedencia externa que exacerban las incertidumbres vinculadas con los riesgos convencionales del ciclo de vida y del mercado laboral cubiertos por los sistemas de seguridad social. Todo ello exige una evaluación más amplia de los riesgos en la sociedad.
Las diferentes respuestas necesarias para enfrentar estos nuevos riesgos y desafíos nos recuerdan que la seguridad social siempre ha asumido múltiples funciones. Para hacer frente a los nuevos riesgos, como a los antiguos, es preciso seguir y evaluar los factores de riesgo observados, diseñar y aplicar acciones preventivas, adoptar medidas adecuadas de compensación y atenuación de la pérdida de ingresos, planificar con tiempo el apoyo a la rehabilitación y prevenir la reaparición de eventos riesgosos.
Se podría decir que estas funciones múltiples definen en gran parte la llamada seguridad social europea integral.
Mensaje a ser retenido
El informe pone de manifiesto el hecho de que los sistemas de seguridad social europeos se enfrentan a una mayor variedad de riesgos y de nuevas amenazas para la cohesión social. También existen riesgos que podrían poner a prueba el desarrollo sostenible de las instituciones de seguridad social. Las instituciones se enfrentan además a la necesidad de satisfacer las crecientes expectativas del público de una protección de seguridad social adecuada, equitativa y sostenible. Todo esto debe lograrse en un contexto de recursos limitados. Tales son los retos.
En última instancia, el mensaje que se puede retener del informe es simple: los múltiples papeles desempeñados por los sistemas de seguridad social integrales de Europa nunca han sido tan importantes.
Fuentes
AISS. 2016. Diez Desafíos Mundiales para la Seguridad Social. Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.
AISS. 2019. Diez Desafíos Mundiales para la Seguridad Social: Europa. Ginebra, Asociación Internacional de la Seguridad Social.