COVID-19

Respuestas de la seguridad social a la COVID-19: El caso de Malta

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Respuestas de la seguridad social a la COVID-19: El caso de Malta

Malta ha adoptado medidas tempranas para luchar contra la pandemia de COVID-19 y aplanar la curva de contagios. La preparación, el distanciamiento físico y la cuarentena, combinados con un extenso programa de pruebas de detección y rastreo de contactos, han permitido que Malta contenga la propagación del coronavirus.

Además de estas medidas de salud pública, Malta ha adoptado una serie de medidas de seguridad social para atenuar las consecuencias económicas y sociales, mantener a flote la economía, proteger los empleos y ayudar a los trabajadores y a las personas vulnerables.

El brote de COVID-19 ha perturbado considerablemente la economía maltesa, en especial los sectores turístico, manufacturero y de los servicios, principales fuentes de ingresos para el país. Con el fin de atenuar las repercusiones, en marzo se adoptó una serie de medidas, cuyo costo ascendió a cerca de 2 000 millones de euros (alrededor del 14 por ciento del PIB), para apoyar a las empresas y a los trabajadores más afectados:

Apoyo a las familias y a las empresas: Se han elaborado medidas sociales en colaboración con los interlocutores sociales a fin de atenuar las repercusiones para los empleados del sector privado. Estas incluyeron:

  • una prestación de desempleo adicional para las personas que han perdido su empleo;
  • un subsidio mensual para los padres que no pueden trabajar a distancia y que han tenido que permanecer en casa para cuidar de sus hijos menores de 16 años;
  • un subsidio para las personas con discapacidad que no han podido conservar su empleo;
  • un subsidio para los empleados vulnerables o las empleadas embarazadas que no han podido asistir al trabajo ni trabajar a distancia;

Estos subsidios mensuales ascendieron a 800 euros para los trabajadores a tiempo completo y a 500 euros para los trabajadores a tiempo parcial. Al mismo tiempo, los beneficiarios siguieron recibiendo las demás prestaciones sociales a las que tenían derecho.

El Ministerio de la Familia, Derechos del Niño y Solidaridad Social diseñó y administró el paquete de medidas. Durante las primeras nueve semanas del programa, se abonaron 11,76 millones de euros a más de 8 100 ciudadanos malteses y extranjeros, en su mayoría mujeres. Se estima que para fines de junio de 2020 la cifra alcanzará los 17 millones de euros y que el número máximo de beneficiarios ascenderá a 8 600.

Protección de los derechos a las pensiones: Para evitar vacíos en el registro de las cotizaciones sociales de los beneficiarios, se deduce el 10 por ciento de los subsidios especiales en concepto de cotizaciones sociales.

Protección del empleo: Malta Enterprise, agencia estatal de promoción del comercio, puso en marcha un programa de ayuda para asistir a las empresas y proteger el empleo. Este programa, concertado con los interlocutores sociales, preveía el pago de un salario mensual de 1 200 euros para los empleados a tiempo completo de las empresas más afectadas, de los cuales 800 euros son cubiertos por las finanzas públicas y el saldo restante por los empleadores. Las empresas demasiado afectadas para costear esta proporción del salario tuvieron la posibilidad de solicitar una reevaluación de su nivel de participación.

A fines de junio de 2020, este programa habrá proporcionado una ayuda directa de 80 millones de euros a los empleadores para contribuir a proteger a alrededor de 93 000 empleados. 

Atención a las personas vulnerables: Las residencias para personas de edad cerraron sus puertas a las visitas y se adoptaron medidas estrictas de prevención y control para proteger a los residentes. Para atenuar el aislamiento, se pusieron a disposición de los residentes tabletas que les permitieron mantener el contacto con sus familiares. Se ofrecieron opciones de alojamiento en pensión completa y medios de transporte a los miembros del personal que decidieran confinarse como medida de precaución contra la COVID-19.

Agenzija Sapport, organismo que presta servicios de apoyo a las personas con discapacidad, restringió las visitas a los centros residenciales y los centros de día cerraron. Los profesionales de este organismo organizaron webinarios para ayudar a las personas afectadas y sus progenitores a hacer frente a los desafíos y adaptarse a los cambios en su vida cotidiana.   

Las personas mayores y vulnerables confinadas que viven solas recibieron ayuda de organizaciones públicas y no gubernamentales en forma de entregas a domicilio de alimentos, medicamentos y comidas. Las líneas telefónicas de ayuda ofrecieron apoyo psicológico y emocional a las personas que sufren de soledad, ansiedad y trastornos mentales.

Además, se brindó apoyo a los trabajadores asalariados e independientes afectados que residen en viviendas privadas alquiladas y subvencionadas. Este apoyo consistió en la flexibilización de las condiciones de alquiler y el aumento de los subsidios.

Medidas operativas y continuidad de los servicios de seguridad social

Malta en ningún momento ha impuesto una cuarentena estricta. No obstante, las medidas  restrictivas han afectado el suministro de servicios presenciales.

Al principio, las oficinas permanecieron abiertas al público, pero se tomaron medidas de precaución para proteger y equipar al personal contra la propagación del virus. Hacia fines de marzo, se cerraron todas las oficinas y se decidió que el personal trabajaría desde casa pero permanecería en contacto digital con el público a través de una plataforma de ayuda en línea y de servicios de correo electrónico. A fines de mayo, el personal recibió un promedio diario de 2 900 llamadas y correos electrónicos del público, principalmente consultas sobre las prestaciones sociales y las medidas relacionadas con la COVID-19.

El inicio de la pandemia coincidió con un proyecto para agrupar todas las solicitudes de prestaciones en una plataforma en línea. La finalización del proyecto se aceleró para permitir que el público presentara sus solicitudes en línea, en especial para las prestaciones elaboradas para compensar los efectos de la COVID-19. Para las personas que no contaban con conocimientos digitales suficientes, se estableció una línea telefónica para ayudarlas a cumplimentar las solicitudes.

Al mismo tiempo, se creó un entorno de trabajo virtual para evaluar y procesar a distancia las solicitudes recibidas. El primer grupo de personas afectadas recibió su primer pago semanal en las dos semanas y media posteriores a su solicitud. Más del 90 por ciento de los beneficiarios recibió sus prestaciones por crédito directo mediante un sistema de pago electrónico recientemente actualizado.

Conclusión

Las medidas adoptadas en Malta han sido cruciales para proteger a la población contra las repercusiones sociales y económicas de la crisis y han logrado mantener una baja tasa de infección.

Estas medidas han servido de red de seguridad para 100 000 empleados que han recibido una ayuda a corto plazo y cuyos empleos han podido preservarse. Alrededor de dos tercios de los empleados del sector privado maltés han recibido alguna forma de asistencia financiera.

La llegada de la pandemia y la necesidad de hacer frente a sus repercusiones resaltaron la importancia de acelerar el desarrollo de los servicios electrónicos para suministrar servicios y prestaciones sociales en tiempo real. Malta está creando actualmente un repositorio interministerial con todos los documentos para garantizar la ejecución fluida y eficiente de las evaluaciones y los procesos.

El servicio público maltés ha desempeñado un papel fundamental en la respuesta que ha proporcionado en estos tiempos difíciles y ha estado a la altura del desafío. La experiencia de la crisis permitirá fortalecer los servicios electrónicos y la administración electrónica como parte de una nueva normalidad, con el objetivo de mejorar continuamente la calidad de los servicios de seguridad social prestados a la población maltesa.