Desafíos e Innovación

Observatorio de la economía digital y la seguridad social

Desafíos e Innovación

Observatorio de la economía digital y la seguridad social

La economía digital transformará en gran medida nuestra vida cotidiana, la manera en que trabajamos y nuestra forma de vida.

El Observatorio permitirá a los miembros de la AISS comprender mejor las oportunidades y desafíos que este representará para las administraciones de la seguridad social.

El Observatorio abordará esta transformación desde dos ángulos: los cambios en el entorno en el que se desenvuelven las instituciones de seguridad social y la manera en que las propias instituciones de seguridad social se verán afectadas y reaccionarán frente a estos desafíos.

La AISS ha reunido una gran cantidad de temas relacionados con la economía digital y sus repercusiones en la seguridad social. Esta “mirada hacia el futuro” es apoyada por las Comisiones Técnicas de la AISS, las conclusiones de las conferencias y eventos de la Asociación, las encuestas a los miembros, las buenas prácticas, la revisión de la bibliografía, la investigación y los aportes de expertos externos.

¿Cómo modificará la economía digital el entorno de la seguridad social?

La automatización a gran escala de la producción industrial y de los servicios se basa en la aplicación de diversas tecnologías avanzadas, entre ellas, la inteligencia artificial, la informática cognitiva, los datos masivos, las cadenas de bloques, el internet de las cosas y la robótica.

Si bien son muy variadas, la aplicación de estas tecnologías permite la automatización, en distintos grados, de diversas tareas que suelen realizar las personas. Algunos ejemplos son el uso de robots cada vez más autónomos en las cadenas de producción industrial, los autoservicios dirigidos por sistemas de inteligencia artificial y los vehículos autónomos. Todo ello combina las tecnologías antes mencionadas.

Mientras que la automatización a gran escala tendrá sin duda repercusiones en el empleo, la puesta en servicio de estos sistemas automatizados es sumamente compleja y potencialmente costosa. Además, es necesario “formar” a estos sistemas “inteligentes” para aplicaciones específicas, lo cual agrega complejidad y eleva los costos. Su posible utilización no puede abarcar un amplio espectro de actividades como las creativas o analíticas (por ejemplo, determinar si los sistemas de software son correctos).

Las administraciones de la seguridad social podrían anticipar los efectos locales, en particular, los escenarios relativos al desempleo y promover la reconversión por medio de la formación. Por otro lado, la construcción, la instalación y la formación de estos sistemas constituyen actividades económicas en sí que exigen conocimientos especializados.

Plataformas digitales

Desplegar 

Las plataformas digitales incluyen una muy amplia variedad de nuevos servicios y actividades económicas que tienen lugar por medio de internet. Algunos ejemplos en el sector del comercio electrónico son E-bay y Amazon, Uber en el sector de los transportes, Airbnb en el sector hotelero y Freelancer y Upwork en el sector del trabajo independiente.

Si bien sus modelos de negocios varían (por ejemplo, colaborativo y de intercambio frente a la intermediación, etc.), el creciente uso de internet y de dispositivos móviles ha promovido la expansión de estas plataformas en numerosos países.

Por un lado, las plataformas digitales afectan a las empresas existentes (taxis, bibliotecas, etc.) y a menudo transforman la relación empleador - trabajador en un empleo por cuenta propia. Por otro lado, estas plataformas eliminan los obstáculos personales a la participación en el mercado laboral, como las discapacidades motrices y las fronteras geográficas, al permitir las actividades transnacionales.

La aparición de estas plataformas plantea desafíos para las administraciones de la seguridad social, como la contratación de trabajadores de las plataformas digitales, de difícil cobertura. Si el trabajo es transnacional, puede ser aún más difícil imponer el cumplimiento de la reglamentación en materia de seguridad social. Estos desafíos pueden socavar la capacidad de proteger los derechos sociales de dichos trabajadores y también la sostenibilidad económica de los regímenes.

La creciente incidencia de la economía digital probablemente modifique la proporción entre el mercado de capital y el mercado laboral, genere cambios en la organización del trabajo, produzca transformaciones económicas y ponga de relieve nuevas industrias.

Si bien es probable que se pierdan empleos en algunas industrias, tal vez se observen repercusiones en la competitividad y la productividad que se traducirán en una disminución del ritmo de las deslocalizaciones y economías desarrolladas más competitivas.

Por lo tanto, la misma industria podrá perder ciertos puestos de trabajo pero ganar otros. Las estrategias industriales de los países probablemente cambien para centrarse más en las industrias de valor añadido y las que responden a los desafíos de este siglo, en particular, el cambio climático y la escasez de recursos naturales.

Los sistemas de desempleo probablemente deban adaptarse y ofrecer un enfoque más integral que tenga en cuenta el empleo a tiempo parcial, el trabajo flexible y las personas con varios empleos.

La financiación de la seguridad social deberá reconsiderarse en el contexto de esta transformación, teniendo en cuenta ideas actuales y futuras para adaptarse a estos cambios, como el ingreso básico, las prestaciones de cuantía fija y la imposición fiscal de diferentes medios de producción.

Mientras que los sistemas de seguridad social seguirán cubriendo las necesidades del ciclo de vida, las instituciones actuarán cada vez más como catalizadoras y respaldos de estos cambios, al tiempo que tomarán decisiones en materia de políticas para garantizar la sostenibilidad y el pago de prestaciones adecuadas.

La economía digital ya ejerce importantes repercusiones en el mercado laboral y en las próximas décadas influirá en gran medida en el futuro del trabajo.

Si bien ofrecerá nuevas oportunidades a algunas personas, planteará dificultades a otras debido a la capacidad de la tecnología de reemplazar el trabajo. La inteligencia artificial y la automatización ya amenazan los puestos muy rutinarios y manuales. Mientras tanto, la demanda de trabajadores altamente calificados y empleos no rutinarios seguirá aumentando.

La demanda de empleos no rutinarios, de bajas cualificaciones y difíciles de automatizar, como los proveedores de cuidados, crecerá en el futuro en consonancia con el envejecimiento de la población. Han surgido nuevas formas de trabajo que permiten a muchos contribuir a la economía por medio del teletrabajo y de las nuevas plataformas digitales.

Este entorno en rápida transformación genera oportunidades extraordinarias pero plantea preguntas sobre los salarios, los derechos laborales y el acceso a la seguridad social de los trabajadores implicados. Han comenzado las discusiones sobre las cotizaciones sociales de los robots, la creación de nuevas categorías de trabajadores para quienes trabajan en plataformas y la naturaleza cambiante del trabajo. Todas estas cuestiones deberán resolverse en el futuro.

Los administradores de la seguridad social y los responsables de las políticas deben anticipar y adaptarse al futuro para que los programas de seguridad social sean eficientes, pertinentes y sostenibles.

Estos temas cobran cada vez más importancia en la agenda de muchos gobiernos nacionales y organizaciones internacionales. En su calidad de plataforma de intercambio para las administraciones de la seguridad social de todo el mundo, la AISS se especializa en la búsqueda de soluciones innovadoras.

La economía digital está transformando las interacciones sociales y las relaciones personales.

La gran diversidad de nuevas redes sociales ejerce una enorme influencia en los comportamientos colectivos de las sociedades, negativa en ciertos aspectos y positiva en otros. Por un lado, la tecnología suprime los obstáculos físicos y ofrece innumerables posibilidades de comunicar, interactuar y conocer a personas independientemente de su país de residencia, origen social u horarios.

Por otro lado, la tecnología permite a las personas sumergirse en un mundo virtual donde a veces es difícil diferenciar la realidad de la ficción, lo cual abre las puertas a la manipulación. Quienes no tienen acceso o la capacidad de navegar por el mundo digital se están convirtiendo en marginados, lo cual crea una brecha digital.

La economía digital generará cambios significativos en el lugar de trabajo, donde los menos educados y formados correrán más riesgos de quedar permanentemente excluidos y donde surgirán estigmas y estrés social para el individuo, la familia y la comunidad. Sin embargo, las redes sociales han fomentado una mayor conciencia de los desafíos cruciales a los que se enfrenta la sociedad, como la reducción de las desigualdades y las acciones para sacar a las personas del aislamiento o de la pobreza.

Hoy las instituciones de seguridad social deben hallar maneras de aprovechar la tecnología para eliminar las barreras del aislamiento y de la brecha digital y atenuar las repercusiones sociales de los drásticos ajustes en los mercados laborales. Deben emplear la tecnología para proteger la inversión social durante todo el ciclo de vida, en particular, durante las transiciones cruciales: de la primera infancia a la educación, al lugar de trabajo, a la pérdida de empleo y a la reincorporación en el mercado laboral, a la enfermedad, a la invalidez y a la jubilación.

Las instituciones de seguridad social deben explorar las maneras de aprovechar los datos para realizar análisis predictivos de los riesgos y para diseñar medidas de prevención que preserven la inversión social. Deben identificar los nuevos riesgos a los que se enfrentan las personas, las familias y la comunidad para adaptar sus programas, con fines de empoderamiento.

¿Cómo afectará la economía digital a las administraciones de la seguridad social?

Los nuevos procesos institucionales en los sistemas de seguridad social hacen referencia a todo lo que el cliente no ve. Se trata de las personas, la tecnología y las políticas necesarias para administrar las diversas partes del proceso: inscripción, recaudación de cotizaciones, recepción de solicitudes, otorgamiento de prestaciones y servicios, controles, análisis de resultados, gestión del proceso de apelaciones y de evaluación.

El creciente acceso a las competencias informáticas, la conectividad, el intercambio de información y la capacidad de almacenamiento, permitirán una automatización sin precedentes de las operaciones de seguridad social, análisis predictivos y la medición de las tendencias y resultados. La inteligencia artificial ayudará a tomar decisiones y dejará a las personas sólo la revisión de los casos más complejos.

Se generalizarán la protección de los datos personales, la integridad desde el diseño y las decisiones automatizadas en función de reglas predefinidas. El intercambio de información entre divisiones institucionales permitirá adoptar un enfoque “sin repeticiones”. Dado que los datos representan elementos vitales de la organización, sus procesos institucionales deben construirse en torno a módulos que puedan interconectarse.

En el mundo de la seguridad social, estas transformaciones requerirán liderazgo y una gestión continua del cambio para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que generan. La función de los recursos humanos será esencial para seleccionar, contratar, desarrollar y mantener un personal dedicado y flexible que aporte un valor añadido y sea capaz de aprovechar todo el potencial de las nuevas herramientas a disposición.

La gestión de las identidades y la confirmación instantánea de eventos de la vida más allá de las fronteras, permitirá la portabilidad total de los derechos y las prestaciones de cada beneficiario. La coordinación digital interinstitucional eliminará el trabajo en forma compartimentada y situará las necesidades de los afiliados en el centro de todos los programas y servicios disponibles, al tiempo que aplicará reglas homogéneas y facilitará una prestación de servicios ininterrumpida.

Los datos masivos (Big Data) son enormes conjuntos de datos de diversos tipos (por ejemplo, numéricos, texto, multimedia, mapas, etc.) que se generan muy rápidamente.

Estos conjuntos de datos se procesan mediante la informática cognitiva y las tecnologías analíticas, que permiten la gestión de diversos datos, la búsqueda de correlaciones y finalmente la generación de modelos predictivos para extraer información útil.

Este procesamiento avanzado podría ayudar a afrontar los desafíos sociales y mundiales, como la salud y la protección social de las poblaciones vulnerables.

El uso de los datos masivos ofrece a las instituciones de seguridad social nuevas oportunidades de mejorar sus servicios al afiliado, detectar fraudes y reforzar el respeto de las obligaciones mediante la creación de perfiles de afiliados “típicos”.

Los datos masivos pueden mejorar el diseño y la evaluación de los programas sociales gracias al análisis transversal de la población cubierta con los datos demográficos y socioeconómicos correspondientes.

Un análisis de los datos masivos que reflejan las actividades sociales (nacimientos, matrimonios, empleos, viviendas, escuelas frecuentadas, atención médica, etc.), podría permitir a las organizaciones de seguridad social perfeccionar el diseño de los programas y la evaluación de los resultados, así como adaptar los programas sociales a un contexto en constante cambio.

Sin embargo, no hay un manual de instrucciones sobre cómo aplicar estas tecnologías. Es necesario resolver una serie de desafíos técnicos (por ejemplo, cumplir con las normas de privacidad de los datos y evaluar la calidad de los mismos), así como un profundo conocimiento del sector de actividad para identificar los conjuntos de datos adecuados y las operaciones de análisis para alcanzar los objetivos de la seguridad social.

Nuevos riesgos

Desplegar 

El advenimiento de la economía digital traerá nuevos riesgos.

Entre ellos se encuentra la naciente brecha digital, es decir, la marginación de los ciudadanos sin acceso a las nuevas tecnologías o incapaces de usarlas.

Otras dificultades tienen que ver con la necesidad de proteger una gran cantidad de datos personales y comerciales contra accesos no autorizados. La cuestión de la confianza es central para el desarrollo de la economía digital. La pérdida de confianza en el almacenamiento de datos pondría en riesgo el desarrollo de la economía digital.

Deberán desarrollarse nuevas formas de administrar las identidades para ofrecer el nivel de protección necesario. El aumento del volumen de datos recopilados y su carácter potencialmente sensible hace esencial generar confianza y obtener consentimiento para el uso de los datos, al tiempo que se reduce la amenaza de la delincuencia informática.

Los programas de seguridad social deben adaptarse a las nuevas formas de trabajo en las que no existe una relación empleador-empleado. En ausencia de este vínculo, se hace difícil respetar las obligaciones y garantizar una cobertura adecuada, el pago de las cotizaciones y la acumulación de derechos. Si bien se desconoce en qué medida, estas nuevas formas de trabajo podrían fragilizar la base financiera del régimen a corto plazo y aumentar el gasto social en el futuro.

Han aparecido nuevos modelos de prestación de servicios que permiten acceder instantáneamente a innumerables productos y servicios.

Para aprovechar el potencial de las tecnologías digitales, se deben conjugar tres dimensiones importantes: el capital humano y su capacidad de innovar, la infraestructura adecuada de tecnologías de la información y de la comunicación y la disponibilidad de servicios y contenidos en línea. La bibliografía reconoce estos tres factores como cruciales para el desarrollo de nuevos modelos de prestación de servicios en línea, la participación por vía electrónica, la prestación de servicios por múltiples canales, los servicios móviles y las colaboraciones innovadoras entre organizaciones.

El acceso a internet y a dispositivos móviles crea una infraestructura virtual que permite a los clientes estar en contacto en todo momento. Las plataformas digitales y los datos masivos permiten compartir información y apoyar los nuevos modelos de prestación de servicios que satisfacen las crecientes expectativas del público de un acceso personal e instantáneo que responda a sus necesidades.

La economía digital está siempre presente en el sector privado a través de inversiones masivas, constantes y cuantiosas debido a que la mayoría de nosotros damos nuestro consentimiento, sin siquiera saberlo, para el uso de nuestros datos personales.

Las inmensas oportunidades que esto ofrece a las organizaciones de seguridad social sólo se concretarán si las instituciones pueden acceder a los datos, protegerlos y proporcionar una experiencia de servicio claramente demostrable en lo relativo a la facilidad de acceso, los servicios de seguridad social de calidad superior, así como el ahorro de costos en la propia organización.

“Hacer más, mejor y con menos” podría ser el lema de la economía digital. Las tecnologías móviles, la biometría y los identificadores únicos, los datos masivos, la gestión de datos maestros, las plataformas digitales, las nubes y las redes sociales proveen la infraestructura virtual que sostiene los nuevos modelos de prestación de servicios que satisfacen las expectativas de los afiliados cada vez más conocedores de la tecnología.

Las grandes repercusiones innovadoras de las tecnologías digitales permiten la prestación de servicios gubernamentales de toda índole durante todo el ciclo de vida gracias a la coordinación de los servicios de los organismos públicos en una única plataforma virtual.